Coronavirus, el Camino hacia la espiritualidad
Coronavirus y pandemias, el Camino hacia la espiritualidad
En estos días de crisis mundial en los que estamos recibiendo tantas noticias que nos llegan desde diversos medios de comunicación, tv, internet, y otros, y además de que estamos viendo nuestras vidas afectadas en muchas vertientes, tanto a nivel sanitario, salud, social, económico, emocional, una buena recomendación es reforzar nuestro Camino espiritual, que aunque lo llevamos con nosotros siempre, muchos de nosotros lo tenemos muy aparcado y dejado de lado.
Ponemos la tv o noticias desde intenet, no dejamos de recibir información de cómo esta pandemia está afectando a mundo, a nuestros paisanos, nuestros seres queridos, vemos multitud de imágenes, camas en hospitales, enfermos, trajes de sanitarios, ataudes, pabellones con fallecidos, orden público, confinamiento, desorden político, autoridades desbordadas, confusión, y sobre todo un muro en nuestro horizonte temporal, y nuestro empeño principal no es más que dar vueltas a lo que está detrás de ese muro.
Muchos son los relatos, vivencias, sentimientos y emociones de los peregrinos que a lo largo de muchos años han vivido la experiencia de hacer el Camino de Santiago.
Entre muchas vivencias, comentarios, recuerdos, esta experiencia se caracteriza por un parón en nuestra vida cotidiana, en lo que refiere a inquietudes, prisas, materialismo, paradojas en las relaciones personales, laborales, familiares, fundamentalismo político, en muchos casos llena de muchos factores negativos.
Este parón se encuentra de repente con muchas otras vidas que han decidido tomarlo y poner a prueba los sentimientos.
El Camino espiritual significa algo más que "caminar" hasta llegar a un punto. Significa mucho más, significa parar el ritmo frenético al que nos obliga nuestro sistema de vida lleno de tantas diferencias y contrariedades.
Y es que el Camino y nuestra confinación a causa de una pandemia, deben tener una relación y es la búsqueda de nuestra espiritualidad, conversar con nuestro espíritu y tener tiempo para valorar cuáles son aquellas cosas que en nuestra vida realmente nos interesan, tanto a nivel personal para encontrar nuestro enriquecimiento, así como a nivel social con todo y quienes nos rodean.
Quizás, como la experiencia en El Camino, estos momentos nos ayuden a reflexionar para que cuando termine este confinamiento, ciertos modos de comportamiento frenético en la vida cotidiana cambien de una vez por todas y le demos más importancia a mantener cuidado nuestro espíritu, que al fin y al cabo, tiene que ser una de las causas por las que hemos sido creados.
Manteniendo nuestro espíritu cuidado, y fuerte, nos será más facil afrontar muchas dificultades en nuestra vida.
El Camino de Santiago nos hace experimentar esta gran verdad