Los sellos del Camino: recuerdos de cada etapa
En el Camino de Santiago, cada paso cuenta, y cada sello es una huella de esa experiencia. La credencial del peregrino es mucho más que un documento: es el testigo del esfuerzo, la fe y la emoción que acompañan el recorrido desde Sarria hasta Santiago de Compostela.
Este “pasaporte jacobeo” acredita que el peregrino está realizando la ruta a pie, en bici o a caballo. Además, permite obtener la Compostela —el certificado oficial— al llegar a la Oficina del Peregrino en Santiago, siempre que se hayan completado al menos los últimos 100 km a pie o 200 km en bicicleta.
➤ Una tradición con siglos de historiaLa costumbre de sellar la credencial se remonta a la Edad Media, cuando los peregrinos portaban documentos emitidos por sus parroquias para demostrar que estaban en camino a la tumba del Apóstol Santiago. Los sellos, llamados “signos” o “insignias”, se marcaban en los monasterios, hospitales o albergues del recorrido.
Hoy en día, el espíritu sigue siendo el mismo: cada sello es un recuerdo tangible del paso por lugares llenos de hospitalidad, cultura y espiritualidad. Muchos peregrinos los coleccionan con orgullo, convirtiendo su credencial en un diario visual de su viaje.
- Los primeros sellos se otorgaban en iglesias y conventos.
- Actualmente pueden conseguirse en casi cualquier punto del Camino.
- Son símbolo de autenticidad y compromiso con la ruta.
En el Camino Francés gallego, los peregrinos deben sellar su credencial al menos dos veces por día (una al inicio y otra al final de la etapa). Cada sello representa un momento, un encuentro y una historia distinta. Desde el primero en Sarria hasta el último en Santiago, todos tienen un valor especial.
- Sarria: Iglesia de Santa Mariña y albergues del casco antiguo.
- Portomarín: Parroquia de San Nicolás y la Oficina de Turismo.
- Palas de Rei: Iglesia de San Tirso y comercios locales.
- Melide: Pulperías tradicionales y la iglesia de Santa María.
- Arzúa: Parroquia de Santiago y el Museo del Queso.
- O Pedrouzo: Capilla de Santa Irene y bares de la aldea.
- Santiago de Compostela: Oficina del Peregrino y Catedral.
Muchos lugares personalizan sus sellos con diseños únicos: conchas, cruces, símbolos jacobeos o paisajes gallegos. Algunos peregrinos incluso coleccionan credenciales completas como recuerdo artístico del Camino.
➤ El valor simbólico de los sellosCada sello cuenta una historia. Representa el esfuerzo de una jornada, la amabilidad de quien lo ofrece y la conexión con siglos de tradición peregrina. Para muchos caminantes, ver la credencial llena al final del Camino es tan emocionante como llegar a la Catedral.
Además, los sellos son una forma de interacción con las comunidades locales: detrás de cada uno hay una sonrisa, una charla breve o un momento de descanso. Es la esencia humana del Camino de Santiago.
- Símbolo de esfuerzo y superación personal.
- Huella de los lugares visitados y personas encontradas.
- Prueba física del viaje espiritual y cultural.
Para mantenerla en buen estado, se recomienda guardarla en una funda plástica o sobre impermeable, especialmente durante los días de lluvia. Al llegar a Santiago, muchos peregrinos la plastifican o enmarcan como recuerdo de una de las experiencias más significativas de su vida.
Algunos eligen incluso comenzar una nueva credencial en futuros Caminos, convirtiéndola en un testimonio continuo de sus peregrinaciones a lo largo de los años.
Llena tu credencial de recuerdos, camina desde Sarria y deja que cada sello cuente la historia de tu Camino.


